Salimos con el coche a buscar la casa de Charlie Harper en Malibu, pero sólo encontramos un viejitop piola en su coupe, y arenas blancas, y gaviotas y lobos marinos, una playa lindísima...
Obviamente no encontramos a las chicas, pero nos quedaron unas cuantas postales más que interesantes.
Y aprovechamos para comer unos ricos sanguchitos caseros en la playa.
De ahí, volviendo hacia el downtown, vimos el cartel de Hollywood y pensamos en acercarnos un poco, empezamos a subir, y a subir, y a subir, y a subir, al final quedamos como a 400 metros escasos del letrero...
Después de sacarnos setenta fotos con el cartel dichoso, pasamos de nuevo por el Camino de la Fama, pero esta vez sí había gente y casi no había forma de ver las estrellas en el piso, entonces emprendimos la vuelta, previo paso por el Citadel Mall, nuevo centro comercial para mi lista de lugares odiados.
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